Mi historia de ensayo clínico

Cuando me jubilé después de trabajar para el distrito escolar durante los últimos 45 años, pensé que lo tenía todo planeado. Estoy en el lado más saludable de los 67, pero finalmente, comencé a pensar mucho en el futuro y lo que quedaría atrás una vez que falleciera. Mientras buscaba oportunidades de voluntariado, descubrí un anuncio en las redes sociales para un estudio de personas mayores saludables. Así comenzó mi andadura como investigadora voluntaria. Esta es la historia de mi ensayo clínico.

Cómo me convertí en voluntario de investigación

Después de una simple solicitud, un miembro del equipo de investigación se acercó a mí. Explicó más sobre lo que era el estudio de personas mayores saludables con una descripción general. Luego reunió información de salud y de contacto. Usan esa información para ver si usted puede ser un buen candidato para pasar a la siguiente etapa de detección del estudio. Cada uno tiene criterios de candidato que incluyen a un solicitante o lo excluyen.

Aprendí mucho en esa primera prueba, a pesar de que fue una cita. los consentimiento informado proceso me da toda la información que necesito saber para decidir. Verá, todo es voluntario, por lo que tiene el poder de detenerse en cualquier momento. Esa elección fue importante para mí porque siempre hay algún riesgo involucrado y algún bache ocasional en el camino.

Cómo los ensayos clínicos mejoraron mi vida

He participado en otros ensayos clínicos desde entonces. El impacto en mi vida ha sido inmenso. No importa la duración del compromiso, cada vez que participo marca la diferencia. La pandemia puede resultar muy aislante, pero espero con interés mis citas con el equipo de investigación. Cuando ayudo a los demás, no me siento tan deprimido como antes. Saber que estoy marcando la diferencia me impulsa a seguir adelante.

Recibo una llamada cuando hay nuevos estudios disponibles para ver si estoy interesado. Katy y Nicole en el equipo de investigación son como una familia y trabajan duro para mantenerme como seguro como sea posible. Continúan enseñándome cosas que me permiten cuidarme mejor. También me pagan por el tiempo y los viajes cuando participo en un estudio, y créanme, ¡se acumula rápidamente!

El legado perdurable de los voluntarios de investigación

He sido testigo de la pérdida de seres queridos tanto desde el exterior como desde la perspectiva personal durante esta pandemia. Lo que me enseña es que la vida es fugaz, pero nunca se es demasiado mayor para marcar la diferencia. Estoy ayudando a promover la medicina que algún día ayudará a un miembro de la familia o alguien a quien nunca he conocido. Por eso sigo participando en ensayos clínicos.

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